Adaptado de “Mar del Plata y su región”, Juan A. Roccatagliata (Coordinador), 1984. Las condiciones naturales, Dr. Alfredo Siragusa:
Nuestra área de estudio, quedaría comprendida en la zona de unión entre La Pampa del Salado y Pampa Litoral, subregiones de la región Pampeana.
Desde el arroyo Vivoratá hacia el norte se extiende una planicie baja, de drenaje imperfecto, inundable, conservando el agua permanentemente en las zonas más deprimidas y extendiéndose como una gran lámina de agua en épocas lluviosas.
Varios arroyos descienden del flanco norte de Tandilia, serpentean dificultosamente en esos terrenos bajos. Algunos de estos cursos concurren a las lagunas de Mar Chiquita, Nahuel Rucá, Hinojales, etc. La laguna de Mar Chiquita consigue desaguar en el mar con dificultades al norte de Mar de Cobo, atravesando un cordón de dunas.
Sobresalen de los terrenos bajos una franja de dunas modernas que no son alcanzadas ni por el mar ni por el agua continental, formando una verdadera barrera para el desagüe interior.
Tradicionalmente en la cuenca del Salado, por las condiciones de drenaje, se practica la ganadería extensiva. El área de mejor pendiente es agrícola-ganadera.
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Extraído de "Mar del Plata y su región", op cit. |
Geomorfología del litoral
Se describe aquí el sector desde el extremo norte del cabo San Antonio hasta la desembocadura de la laguna Mar Chiquita en el mar. Y desde le flanco noreste de las serranías de Tandilia (ocupando el área deprimida de la Pampa del Salado, que ocupa el geosinclinal del Salado), prolongándose hacia la plataforma continental.
En el holoceno (hace dos millones de años) se produce una ingresión marina, llamada querandinense, se forma entonces el “Golfo del Salado” con extremos en Punta Piedras (al norte) y Camet-Cobo (al sur).
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Extraído de "Mar del Plata y su región" op cit. |
La siguiente etapa, de regresión marina, llamada platense, permitió un paulatino relleno del
territorio anteriormente inundado. Sedimentos provenientes del continente, aportados principalmente por cursos de agua que provenían del oeste y sudoeste, se iban depositando sobre o intercalados con los sedimentos costeros dejados por el oleaje en retirada y que consistía en arenas, limos, arcillas, fangos orgánicos, restos de moluscos. Todos estos materiales fueron dando una planicie chata y sin movimiento. Sólo en momentos de cierta estabilización del proceso de retirada pudieron formarse algunas lomadas dunarias.
Durante el período llamado aimarense la conformación territorial se aproxima a la actual. En ese momento las corrientes litorales circulan de norte a sur, aportando abundantes arenas que sedimentan y permiten al viento del mar construir dunas, formando franjas continuas. Como la formación de dunas no podía ser contrarrestada con la fuerza de los cursos de agua que llegaban del interior del continente, se forman lagunas, que solo pueden eliminar el exceso de agua por evaporación y algo por infiltración. Al agrandarse estas lagunas, las aguas buscan salida; desde el paralelo de 37° hacia el norte parte logra desaguar en la bahía de Samborombón por una serie de lagunas encadenadas, cañadas y arroyos, casi siempre de aguas salobres y fondos pantanosos (cangrejales). Hacia el sur también hay lagunas que pueden ser inconexas o encadenadas, casi todas salobres, sin drenaje franco hacia el mar, lo que ha obligado a la construcción de canales.
A espaldas de la franja de dunas y en forma alargada de norte a sur aparece la laguna de Mar Chiquita. Convergen en ella, la cañada del Arroyo Chico (que a través de una serie de lagunas y arroyos de distintos nombres, tiene sus nacientes en las serranías de Tandil). Junto a la desembocadura del sistema del Arroyo Chico, desemboca el canal artificial N°6; más al sur desagua el canal N° 5 (ambos nacen al sur de la ciudad de Ayacucho, drenando una serie de lagunas y pantanos).
En el borde oeste de la laguna de Mar Chiquita desembocan los sistemas del arroyo Grande y del arroyo La negra, ambos con nacientes en las sierras de Balcarce.
En su extremo meridional, la laguna recibe al arroyo Vivoratá, que nace en un conjunto de cierras del grupo General Alvarado y General Pueyrredón.
La laguna de Mar Chiquita desagua en el mar por el extremo sur, mediante un canal que sufre grandes variaciones en su ancho.
Las condiciones de salinidad de la laguna varían mucho. En épocas lluviosas, es especial en invierno y comienzos de primavera, prevalece el agua dulce en la parte interna y salobre en el contacto marino. Durante los largos períodos estivales, cuando la evaporación en la cuenca es muy activa y los arroyos traen muy poca agua, el agua del mar entra profundamente. Esto se acentúa con las mareas altas. Junto con el agua, entran peces en gran cantidad, especialmente corvinas. Abundan los cangrejos.
Adaptado de “Mar del Plata y su región”, Juan A. Roccatagliata (Coordinador), 1984. Las condiciones naturales, Dr. Alfredo Siragusa; y “Mutaciones socio-económico-ambientales en el espacio litoral entre Mar del Plata y Necochea” Grupo GEOT, Universidad Nacional de Mar del Plata, 1992.
El área de estudio quedaría comprendida en el denominado “clima templado con influencia oceánica”, caracterizado por largos inviernos y veranos relativamente frescos, aunque una poción se extiende dentro del clima “templado pampeano”, con características algo más continentales.
Los valores térmicos históricos de la estación Mar del Plata, indican temperaturas anuales que van de los 7°C a los 21° C (valores medios). No obstante se registran extremos de -7°C y 39°C, provocados por el ingreso de aire polar y aire tropical respectivamente.
Las precipitaciones son regulares, distribuidas a lo largo del año, con un ligero predominio verano-otoñal, anualmente se registran entre 700 y 800 mm anuales.
Este tipo de clima también da una alta proporción de días sin heladas (entre 200 y 240 días en el año), que disminuyen hacia el interior a medida que el clima pierde la influencia oceánica. Los días con nieblas predominan entre junio y septiembre. Las granizadas son de baja frecuencia a lo largo del año.
El área recibe la influencia de distintas masas de aire. Una origina el aire subtropical marítimo, que llega durante todo el año (aunque predomina en verano) atraído por una baja presión en el norte de la Patagonia.
La segunda masa de aire arriba con vientos del sudoeste-oeste, proveniente del anticiclón del Pacífico sur. Puede ingresar durante todo el año, pero predomina en verano, cuando la baja patagónica/pampeana trae este aire frío y seco, que desplaza la masa de aire cálida y húmeda de carácter subtropical. Provoca lluvias y tormentas.
La instalación de un área de baja presión sobre la parte sur de la llanura chaqueña y/o mesopotámica, provoca en forma esporádica la atracción de aire frío patagónico que se desvía hacia el mar, cargándose de humedad. Estos vientos avanzan hacia el continente como vientos de los cuadrantes sur, sudeste y este, acompañado con precipitaciones, frío y humedad durante varios días, en particular durante el invierno.
Ocasionalmente, también se hace notar la influencia de aire de origen polar. El ingreso de esta masa, se produce por la presencia de una gran baja bárica en el interior del área central del país o sobre el océano a la latitud de la provincia de Buenos Aires.
Localmente es importante la presencia de brisas, especialmente marinas. El calentamiento más rápido de las tierras en relación con las aguas oceánicas, particularmente en verano, motiva desequilibrios en la presión atmosférica entre las áreas costeras y el interior continental, que se traducen en suaves vientos frescos. Estas brisas se manifiestan sobre todo, después del mediodía, luego de los momentos de mayor temperatura.
Adaptado de “El Gran Libro de la Naturaleza Argentina” Ed. Atlántido, WWF y Fundación Vida Silvestre Argentina, 1996.
La diversidad climática, de relieves y de suelos determina que distintas zonas del país estén ocupadas por comunidades biológicas diferentes, definidas por la formación vegetal. En base a esto Argentina se divide en provincias biogeográficas; nuestra área de estudio se halla en el encuentro de la provincia del Espinal y la provincia Pampeana.
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Extraído de "El Gran Libro de la Naturaleza Argentina" op cit. |
En líneas generales se las puede describir de la siguiente manera:
El Espinal, forma un gran arco en derredor de la Provincia Pampeana. Bosques xerófilos que alternan con palmares, sabanas y estepas. Clima: varía de subtropical subhúmedo a templado seco, con lluvias –en especial- estivales. Esta provincia se encuentra dividida en diversos distritos (del caldén, del algarrobo, del ñandubay); nuestra área de estudio se encuentra en el Subdistrito del Tala, un desprendimiento del Espinal Mesopotámico o Selva de Montiel (distrito del ñandubay). Un corredor de bosque de talas se extiende por las barrancas del Paraná hasta Buenos Aires; sigue luego por albardones de conchillas próximos a la ribera de la bahía de Samborombón y las líneas de antiguos médanos. Está integrado principalmente por talas bajos (de 4 a 10 metros de alto), retorcidos y espinosos pero proveedores de frutos comestibles para las aves. Los acompañan otros arbolitos como el coronillo y el sobra de toro, de notable hojas romboidales y punzantes. La fauna de insectos y aves es más variada que el resto de la pampa, ya que la oferta de refugio y alimento es más diversa. Sobre todo para las especies de pájaros que necesitan árboles para nidificar pero que se benefician con los espacios abiertos (los pastizales) para cazar insectos o recolectar semillas:
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Extraído de "El Gran Libro de La Naturaleza Argentina" op cit. |
Los principales mamíferos mayores que poblaron el Espinal Mesopotámico en el pasado desaparecieron por la intervención del hombre (yaguareté, puma, ciervo de las pampas, etc.). En algunos sitios sobrevive la corzuela parda, y en la vecindad de los cuerpos de agua, el carpincho. La vizcacha es el más importante de los herbívoros medianos. El carnívoro más representativo en las áreas de pastizal es el zorro pampeano. Las aves de distintas familias son abundantes (furnáridos como el hornero y el palitero, cotorras, los tiránidos como el benteveo y el churrinche, carpinteros, aves de presa como los gavilanes, etc.). El Pastizal Pampeano, engloba a la planicie templada (clima templado subhúmedo con lluvias estacionales y heladas invernales). Suelos pardos o negros, ricos en materia orgánica, que oscilan entre estepa herbácea y pradera (salpicada de muchísimas lagunas). La pampa estaba originalmente desprovista de árboles. Sólo a lo largo de la costa bonaerense se extendía y aún se extiende el bosque de talas. En esta provincia biogeográfica predominan las gramíneas, sobresaliendo por su belleza la cortadera (cola de zorro), más apreciada en Europa que en nuestro país. La fauna está adaptada a una planicie sin árboles, por ejemplo guareciéndose en cuevas o siendo veloces corredores. Tenemos aquí el venado de las pampas, el ñandú, el zorrino, la vizcacha, cuises, ratones, peludos, mulitas, hurones, el gato montés, el tuco-tuco. Entre las aves jilgueros, chingolos, teros, lechuzas vizcacheras, chimangos, caranchos, tinámidos (similares a la perdiz europea), tijeretas, gavilanes, carpinteros.
Los ecosistemas acuáticos o humedales son los sitios de la pampa donde se genera más vida. La vegetación suele ser abundante, pues no hay limitaciones de agua ni de nutrientes. Abundan plantas con flores, como la saeta o la margarita de bañado, aunque las más características son los juncos, que conforman densas formaciones puras. En algunos lugares son reemplazados por la totora, de largas hojas acintadas, en tanto el duraznillo, cuyas varas crecen en aguas poco profundas, se destaca por sus flores violetas y frutitos redondos y negros. La flora y fauna acuática es variada, así como la que vive rodeando las lagunas; tenemos el coipo, la rata nutria colorada, el carpincho, la comadreja colorada, catorce especies de pato, gallaretas, macáes, cigueñas, garzas, cuervillos, espátulas, flamencos, aves migratorias como el chorlo, el chajá, diversos rapaces y muchísimas aves menores.
La pampa sufre períodos de sequías e inundaciones, muchas han sido registradas desde la colonia, como la de 1771-73, que afectó el abastecimiento de carne a Buenos Aires. En la gran sequía de 1832 murieron miles de animales; se secaron totalmente los ríos Salado y Samborombón.